
- Categoría: Mundo Tolkien
- Etiquetas: El Señor de los Anillos, Hoy en la Tierra Media, JRR Tolkien, libros
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A continuación podéis leer lo que ocurrió el 24 de octubre en el universo fantástico creado por J.R.R. Tolkien.
Proseguimos con nuestra sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con una jornada en la que un hobbit despertó en la Último Hogar al Oeste del Mar, donde se enteró de importantes noticias, y donde conoció a importantes personajes y se reencontró con un amigo muy querido al que no veía desde hacía mucho tiempo. Para evitar malentendidos aclaramos que todas las fechas de esta sección se corresponden con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media (como el Cómputo del Rey) y no con el calendario gregoriano (ver nota), y que todas proceden de libros y manuscritos de John Ronald Reuel Tolkien como ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (especialmente de los Apéndices), los ‘Cuentos inconclusos‘ y los Manuscritos Marquette, y de otros libros de estudiosos tolkiendili como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.
Como es nuestra costumbre acompañamos estos eventos con extractos de los libros de Tolkien y con dibujos e ilustraciones de distintos artistas, aunque no siempre encontramos imágenes que representen los momentos de los que hablamos o que reflejen con absoluta fidelidad lo descrito por el Profesor.
No nos entretenemos más, y esto fue lo que sucedió en la Tierra Media el 24 de octubre, o el 24 de Winterfilth según el Calendario de la Comarca.
Año 3018 de la Tercera Edad del Sol:
* Frodo despierta en Rivendel y ve a Gandalf, quien le cuenta muchas noticias.
* Elrond organiza una fiesta en la que Frodo ve a Elrond y a Arwen por primera vez.
* Frodo conoce a Glóin durante la fiesta y éste le cuenta noticias de Erebor y Valle.
* Tras la fiesta, Frodo se reúne con Bilbo en la Sala del Fuego.
* Elladan y Elrohir regresan de las Tierras Ásperas y hablan con Aragorn.
* Bilbo recita su poema sobre Eärendil.
(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)
(Frodo despierta en Rivendel, según la artista estadounidense Carol Emery Phenix)
“Frodo despertó y se encontró tendido en una cama. Al principio creyó que había dormido mucho, luego de una larga pesadilla que todavía le flotaba en las márgenes de la memoria. ¿O quizá había estado enfermo? Pero el techo le parecía extraño: chato, y con vigas oscuras, muy esculpidas. Se quedó acostado todavía un momento, mirando los parches de sol en la pared, y escuchando el rumor de una cascada.
—¿Dónde estoy, y qué hora es? —le preguntó en voz alta al techo.
—En la casa de Elrond, y son las diez de la mañana —dijo una voz—. Es la mañana del veinticuatro de octubre, si quieres saberlo.
—¡Gandalf! —exclamó Frodo, incorporándose.
Allí estaba el viejo mago, sentado en una silla junto a la ventana abierta.
—Sí —dijo Gandalf—, aquí estoy. Y tú tienes suerte de estar también aquí, luego de todos los disparates que hiciste últimamente.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(Gandalf y Frodo en Rivendel, según la artista alemana Anke Katrin Eißmann)
“—En realidad sabes muy poco si crees que el viejo Cebadilla es estúpido —dijo Gandalf—. Es bastante sagaz en su propio terreno. Piensa menos de lo que habla, y más lentamente; sin embargo puede ver a través de una pared de ladrillos (como dicen en Bree). Pero pocos quedan en la Tierra Media como Aragorn hijo de Arathorn. La raza de los Reyes de Más Allá del Mar está casi extinguida. Es posible que esta Guerra del Anillo sea su última aventura.
—¿Quieres decir realmente que Trancos pertenece al pueblo de los viejos Reyes? —dijo Frodo, asombrado—. Pensé que habían desaparecido todos, hace ya mucho tiempo. Pensé que era sólo un Montaraz.
—¡Sólo un Montaraz! —exclamó Gandalf—. Mi querido Frodo, eso son justamente los Montaraces: los últimos vestigios en el Norte de un gran pueblo, los Hombres del Oeste.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(Gandalf y Frodo en Rivendel, según el artista estadounidense Donato Giancola)
“Gandalf acercó la silla a la cabecera del lecho, y miró con atención a Frodo. El color le había vuelto a la cara; los ojos se le habían aclarado, y tenía una mirada despejada y lúcida. Sonreía, y parecía que todo andaba bien. Pero el ojo del mago alcanzó a notar un cambio imperceptible, como una cierta transparencia alrededor de Frodo, y sobre todo alrededor de la mano izquierda, que descansaba sobre la cobertura.
«Sin embargo, era algo que podía esperarse», reflexionó Gandalf. «No está ni siquiera curado a medias, y lo que le pasará al fin ni siquiera Elrond podría decirlo. Creo que no será para mal. Podría convertirse en algo parecido a un vaso de agua clara, para los ojos que sepan ver.»”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(Arwen Undómiel, según la artista francesa Magali Villeneuve)
“En el centro de la mesa, apoyada en los tapices que pendían del muro, había una silla bajo un dosel, y allí estaba sentada una hermosa dama, tan parecida a Elrond, bajo forma femenina, que no podía ser, pensó Frodo, sino una pariente próxima. Era joven, y al mismo tiempo no lo era, pues aunque la escarcha no había tocado las trenzas de pelo sombrío, y los brazos blancos y el rostro claro fuesen tersos y sin defecto, y la luz de las estrellas le brillara en los ojos, grises como una noche sin nubes, había en ella verdadera majestad, y la mirada revelaba conocimiento y sabiduría, como si hubiera visto todas las cosas que traen los años. Le cubría la cabeza una red de hilos de plata entretejida con pequeñas gemas de un blanco resplandeciente, pero las delicadas vestiduras grises no tenían otro adorno que un cinturón de hojas cinceladas en plata.
Así vio Frodo a Arwen, hija de Elrond, a quien pocos mortales habían visto hasta entonces, y de quien se decía que había traído de nuevo a la tierra la imagen viva de Lúthien; y la llamaban Undómiel, pues era la Estrella de la Tarde para su pueblo.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(Glóin, según el artista italiano Francesco Amadio)
“—¡Bienvenido y feliz encuentro! —dijo el enano volviéndose hacia él, y levantándose del asiento hizo una reverencia—. Glóin, para servir a usted —dijo inclinándose todavía más.
—Frodo Bolsón, para servir a usted y a la familia de usted —dijo Frodo correctamente, levantándose sorprendido y desparramando los almohadones—. ¿Me equivoco al pensar que es usted el Glóin, uno de los doce compañeros del gran Thorin Escudo de Roble?
—No se equivoca —dijo el enano, juntando los almohadones y ayudando cortésmente a Frodo a volver a la silla—. Y yo no pregunto, pues ya me han dicho que es usted pariente y heredero de nuestro célebre amigo Bilbo. Permítame felicitarlo por su restablecimiento.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(Bilbo, según el artista estadounidense Anthony Foti)
“Elrond se adelantó y se quedó de pie junto a la silenciosa figura.
—¡Despierta, pequeño señor! —dijo con una sonrisa. En seguida se volvió hacia Frodo y le indicó que se acercara—. He aquí llegada la hora que tanto has deseado, Frodo. He aquí un amigo que te ha faltado mucho tiempo.
La figura oscura alzó la cabeza y se descubrió la cara.
—¡Bilbo! —gritó Frodo reconociéndolo de pronto y dando un salto hacia adelante.
—¡Hola, Frodo, mi compañero! —dijo Bilbo—. Así que al fin has llegado. Esperaba que tuvieras éxito. ¡Bueno, bueno! De modo que estos festejos son todos en tu honor, me han dicho. Espero que lo hayas pasado bien.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(Elladan y Elrohir, según la artista francesa Magali Villeneuve)
“—El Dúnadan —dijo Bilbo—. Así lo llaman aquí a menudo. Pensé que conocías bastante élfico como para entender dún-adan: Hombre del Oeste, Númenóreano. ¡Pero no es momento de lecciones! —Se volvió hacia Trancos.— ¿Dónde has estado, amigo mío? ¿Por qué no asististe al festín? La Dama Arwen estaba presente.
Trancos miró gravemente a Bilbo. —Lo sé —dijo—, pero a menudo tengo que dejar la alegría a un lado. Elladan y Elrohir han vuelto inesperadamente de las Tierras Ásperas y traían noticias que yo quería oír en seguida.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(El sueño de Eärendil, según la artista alemana Anke Katrin Eißmann)
“—No tienes por qué hacerlo —dijo Bilbo—. En realidad es todo mío. Aunque Aragorn insistió en que incluyera una piedra verde. Parecía creer que era importante. No sé por qué. Pensaba además que el tema era superior a mis fuerzas, y me dijo que si yo tenía la osadía de hacer versos acerca de Eärendil en casa de Elrond era asunto mío. Creo que tenía razón.
—No sé —dijo Frodo—. A mí me pareció adecuado de algún modo, aunque no podría decirte por qué. Estaba casi dormido cuando empezaste, y me pareció la continuación de un sueño. No caí en la cuenta de que estabas aquí cantando sino casi cerca del fin.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(La Sala del Fuego de Rivendel, según el artista estadounidense Stephen Hickman)
“—Es difícil mantenerse despierto en este sitio, hasta que te acostumbras —dijo Bilbo—. Aparte de que los hobbits nunca llegarán a necesitar de la música y la poesía y las leyendas tanto como los Elfos. Parece que los necesitaran como la comida o más. Seguirán así por mucho tiempo hoy. ¿Qué te parece si nos escabullimos y tenemos por ahí una charla tranquila?
—¿Podemos hacerlo? —dijo Frodo.
—Por supuesto. Esto es una fiesta, no una obligación. Puedes ir y venir como te plazca, si no haces ruido.
Se pusieron de pie y se retiraron en silencio a las sombras y fueron hacia la puerta. A Sam lo dejaron atrás, durmiendo con una sonrisa en los labios. A pesar de la satisfacción de estar en compañía de Bilbo, Frodo sintió una punzada de arrepentimiento cuando dejaron la Sala del Fuego.”
(‘El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo‘. Libro Segundo, capítulo 1: Muchos encuentros).
(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).